El embarazo y la lactancia son dos de los periodos de mayor demanda nutricional en la vida de una mujer, ya que tienen que cubrir las necesidades de nutrientes de la madre, del feto en crecimiento y del niño en sus primeros meses de vida, garantizando la salud de ambos.
La nutrición es un proceso de extraordinaria complejidad biológica que se refiere a la distribución, utilización, transformación, almacenamiento y/o eliminación de los nutrimentos en el organismo.
Los nutrientes son sustancias en los alimentos que el cuerpo necesita para poder funcionar y crecer. Estos incluyen proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y el agua. Para que una dieta sea balanceada o normal, debe cumplir cuatro requisitos fundamentales: adecuada, suficiente, variada y equilibrada.
La dieta durante el embarazo y la lactancia debe cubrir ciertas recomendaciones energéticas. La cantidad de calorías que necesita depende de cuánto debe subir de peso. El coste energético de la gestación completa es de aproximadamente 75.000 kcal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 300 kcal extra diarias durante todo el embarazo. Se debe prestar atención a las fuentes dietéticas de hierro y calcio. El incremento de las necesidades nutricionales durante el embarazo y la lactancia hacen necesaria la suplementación de vitaminas y minerales, especialmente, de ácido fólico, hierro y calcio para proporcionar niveles adecuados de estos
El peso previo al embarazo es el indicador más preciso para la evaluación nutricional. En pacientes con bajo peso la ganancia mínima de peso es de 14 kilos, en mujeres con peso normal se recomienda 12.8 kilos, sin embargo, en mujeres con sobrepeso la ganancia debe ser menor, 7 kilos, y en pacientes con obesidad la recomendación es de 5.8 kilos. El perfil calórico de la dieta de una mujer embarazada es el mismo que el de una mujer adulta (10-15% kcal de proteínas, 50-55% de carbohidratos y 30% de lípidos). Se recomienda distribuir la ingesta en unas cinco comidas al día para evitar ayunos prolongados y reducir en la medida de lo posible náuseas y vómitos.
Algunos alimentos que se deben evitar durante el embarazo son: alcohol, pescado (por niveles altos de mercurio), más de dos tazas de cafeína y alimentos que puedan tener gérmenes que causen enfermedades transmitidas por alimentos (comida cruda, leche sin pasteurizar, productos del mar ahumados, comida de calle). Un aumento insuficiente del peso de la madre durante el embarazo debido a una dieta inadecuada aumenta el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y defectos congénitos. Nuestro objetivo es darte un asesoramiento sobre nutrición que se centre en mejorar la calidad de la dieta, definiendo cuales son los alimentos y las cantidades que es necesario consumir para tener una ingesta alimentaria óptima.
Dra. Ingrid M. Mejía Castañeda